miércoles, 29 de junio de 2016

“El ser del rock es criticar”


El concierto anual de la Concha Acústica de la Villaflora, en Quito, es todo un referente dentro de los espacios rock metaleros de los ecuatorianos. Un lugar que ha visto nacer y posicionar a varias agrupaciones. Un espacio simbólico para la representación del rock y metal nacional.
La historia de este concierto la recoge el periodista Pablo Rodríguez en su libro Cuatro décadas de historia. Concha acústica, trabajo donde hace un repaso cronológico del proceso de empoderamiento de este espacio. Una obra clave para entender a un concierto, y a sus gestores.
A propósito de este libro, contactamos a Pablo para conversar de su obra, y de otros temas que la historia del rock y metal ecuatoriano, desde la mirada crítica de sus representantes, mantiene fresca.




Rodríguez junto a José Luis Terán, creador de los medios metaleros Contaminación, Acero, Fuego Negro y Heavy Metal.  

Saludos Pablo, ha pasado más de un año desde la publicación del libro Cuatro décadas de historia. Concha acústica, ¿cuál ha sido el nivel de aceptación que ha tenido entre los lectores interesados?
Consciente de la realidad de consumo de libros en el medio, que registra bajos niveles de ventas, se realizó un tiraje enfocado en el público objetivo, por lo cual este está ya agotado. Luego de mi experiencia con Rocker Magazine, de la cual sus últimos números registraron ventas a la baja, lo cual implicó pérdidas económicas, hubiese sido una irresponsabilidad sacar altos tirajes que luego se quedarían embodegados en algún lugar.

En un país con un limitante de distribución del libro como producto cultural ¿Has logrado llegar a espacios geográficos fuera de Quito?
Tomando en cuenta que, por ejemplo, hay tiendas en la ciudad de Cuenca que hasta ahora no liquidan viejas ediciones de Rocker Magazine, no hay una confianza en establecer un circuito de ventas fuera de Quito, que es mi campo de acción, por lo cual las ventas fuera de esta ciudad se realizaron únicamente bajo pedido.

¿Cuánto tiempo te tomó la investigación y redacción final de la obra?

Algo más de 3 años, pero sobre todo debido a varios periodos de para debido a otras actividades relacionadas con la gestión cultural, ya que al no contar con un presupuesto para investigación, fue imperante alternar esta con otras cosas. 

Músicos, activistas culturales y organizadores relacionados al concierto anual de la Concha Acústica de la Villaflora en Quito.

¿Qué otra información no aparece en el libro?
Solo faltó espacio para poner más fotos. La obra es un relato basado en la unificación de los diversos testimonios que se realizaron con la gran mayoría de actores vinculados al proceso del festival. Unos cuantos, aduciendo exclusividad, no quisieron contar su experiencia, pero al ser un hecho protagonizado por muchas personas, permitió conocer todos los detalles relacionados con este proceso, por ende quienes no participaron con sus vivencias, igual son nombrados junto con la actividad que realizaron.

¿Cómo se logró la edición y publicación del libro mediante el sello de la Casa de la Cultura ecuatoriana?

Con muchos meses de gestión, altas dosis de paciencia y períodos de gestión que obligaron a pasar días enteros en espera de contactar a las personas que facilitan el proceso de impresión. Conocedor de que hay varios casos con inmensos periodos en los que no se imprimen las obras, se tomó medidas adecuadas a fin de poder lograr la publicación del libro. El Fondo  Editorial Pedro Jorge Vera solo realizó la impresión, ya que todo el proceso de diagramación lo trabajó Freddy Landazuri en lo gráfico, Diego Brito hizo todo el diseño, y la edición de textos fue a cargo de Ernesto Proaño y Landázuri también. 

Rodríguez junto José Luis Jácome (músico y creador de la Fanzinoteca en Ambato) y Tania Navarrete, promotora cultural. 

En el mes de abril retomaste, tanto desde las redes sociales como desde artículos en la prensa ecuatoriana, un tema indignante para los rockeros nacionales: la agresión del 96, cuando militares retuvieron y agredieron a los asistentes a un concierto en la ciudad de Ambato ¿Qué objetivo buscas con la exposición y análisis de esta información? Y ¿Qué clase de repercusiones ha tenido tu artículo “La tarde de las melenas caídas”?
Siento que mucha gente cree que todo existe desde el aparecimiento de las redes sociales o desde que empezó el gobierno del régimen actual, por ende  esta actualidad de redes sociales y medios alternativos está dejando en el olvido hechos claves que marcaron el desarrollo de la escena rockera nacional.
Por otro lado también vemos como varias libertades y derechos aún no se aplican del todo y ese sesgo interpelativo al rock sigue latente en cosas como obligar a despojarse de correas, labiales, peinillas, esferos y más cosas de uso personal para ingresar a conciertos de rock –y solo de rock-, ubicando así  en una suerte de criminales en potencia a quienes asistimos a conciertos de este género.
Desconocer hitos históricos que marcaron el proceso de la escena rock, es una forma de pasar por alto elementos que hoy nos permitan entender las formas como ha transcurrido nuestra escena, además de reconocer grupos que al ser parte de esos hitos, hoy tiene un alto trabajo dentro del rock nacional, lo cual los convierte en protagonistas y testigos de una historia intensa en un país que, a pesar de no ser el epicentro de muchas cosas que ocurren en el rock latinoamericano, tiene un proceso que marca una parte de la identidad musical ecuatoriana.
Las repercusiones del artículo se miden en el debate que se armó en redes sociales sobre la persistencia de algunas prácticas represoras, así como el papel importante que tienen varias de las bandas que participaron en el hecho y que se mantiene activas hasta la presente.

¿Ha cambiado la mirada prejuiciosa de la policía y militares respecto a los rockeros ecuatorianos?   
Prácticamente en nada, esa visión normativa y prejuiciosa sigue presente.

¿El concierto anual en la Concha acústica es un escenario para recriminar –desde cada una de las bandas participantes- toda esta clase de atropellos contra los rockeros?
No entiendo la intención de esta pregunta, porque vos no puedes ubicar a un solo festival, de los muchos que hay, como  un generador de críticas al poder y la sociedad en general, ya que TODOS los grupos que tocan en este festival, han tocado su mismo repertorio en TODOS los demás festivales que hay a nivel nacional, además que este repertorio, si bien tiene una alta dosis de crítica social, aborda también temas como el amor, la diversión, el absurdo, la religión y más.
El ser del rock es ese, criticar, tener una voz disidente, y eso se genera desde todos los escenarios posibles, aunque mientras más grandes sean estos, más posibilidades de llegar a más gente se dan, con lo cual   el cometido del rock podría tener un efecto más amplio.
Este escenario ha generado otras cosas que van más allá de la crítica, como por ejemplo la integración generacional labrada en todas estas décadas que el festival está activo, ha sido un generador del uso del espacio público como medio para expresar identidades culturales, y por ello se ha mantenido en todos estos años.

Desde tu mirada de investigador y periodista ¿Qué otros temas aún falta por dar a conocer a los lectores? ¿Trabajas en algún nuevo proyecto relacionado al rock ecuatoriano?
Pues hay muchas cosas que contar, solo como ejemplos, la tendencia del metal extremo que tendrá su prioridad en este año a juzgar por las producciones discográficas que diversas bandas de este tipo están sacando, otro tema es las bandas que en lo que van del año ya han salido a girar en el extranjero, entre otros.

En cuanto a libros hay dos proyectos, uno se llama  Charlas de Rock, que consta de una serie de entrevistas a actores claves de la escena nacional, y otro una revisión al proceso que ha seguido el metal extremo en Quito.

jueves, 16 de junio de 2016

The Grief y Devasted / Gritos de dolor y devastación



Este trabajo ep split agrupa a dos bandas ecuatorianas que han logrado imponer su estilo dentro de un medio exigente, y donde solo sobresalen aquellas bandas que han demostrado tomar al death metal no como mero género para figurar, sino como parte integral de su vida.

Gritos de dolor y devastación de The Grief y Devasted, dos bandas referentes dentro del metal extremo nacional. Dos bandas para emprender y perdurar en un mosh descontrolado. Dos bandas cuya obra habla de su nivel y puesta en escena.

Esta obra, de libre descarga, es un tributo a ellos mismos, y la gira emprendida en el 2015. Una tarea desgastante pero vital en el empoderamiento de toda banda de metal.  

Ocho temas en directo que denotan la fuerza de cada una de las dos agrupaciones.


Contra un mundo enfermo



El metal extremo en Ecuador continúa una senda sin perturbación. Una visión desenfadada del entorno que apabulla y denota el despliegue de una agresividad musical que tuerce cualquier intromisión de sensiblería.

Epidemia pertenece a esta estirpe de bandas que han desarrollado una obra sólida en su estructura musical, y salvaje desde su concepción de ver el espacio habitable. Metal de muerte, para develar odios, posturas, y declaraciones contra un mundo enfermo.




Por ello Leprocomio (Satanath Records, 2016), como esa lectura reprochada de la sociedad, es un álbum que de principio a fin logra un objetivo primordial: atrapar al oyente, volverlo parte del rito concebido.

Ocho temas para total regocijo de los metaleros más extremos. Ocho temas para dejar asentada la continuidad de una banda que ha sabido llegar lejos en su propósito creador: Leprocomio es la certeza de ello.