viernes, 16 de febrero de 2024

Machala Rocker: informar y resistir


Descabellado, esa sería la descripción corta de la labor de continuar en la actualidad tras la edición y publicación de un fanzine metalero. Una labor descabellada y que para algunos podría no tener ningún sentido en una época donde lo virtual predomina, sin embargo, no es así, porque hay (en la continuidad de un medio), un sentido contradictorio a la instantaneidad preponderante de productos virtuales.

Así, MachalaRocker, medio procedente de la ciudad de Machala, y que en sus inicios fue un informativo y luego se convertiría en un fanzine, continúa en sus actividades. Una tarea que denota un compromiso de su editor, por mantener el sentido underground, esa esencia de lo subterráneo, de todo aquello que vive y late desde las sombras, en un estado físico, en esa rareza a la que aún muchos privilegian.

El número 111 es una pequeña joya informativa necesaria de conocer. Tres entrevistas (destacando el diálogo con Masacre, a propósito de su reciente visita en nuestro país) y una reseña conforman esta edición que se distribuye de forma gratuita (porque hay un propósito de difusión).

Los fanzines metaleros nunca fueron realizados con un propósito comercial, y Machala Rocker, es el mejor ejemplo de que se puede continuar informando y mantener la esencia subterránea. Hay vida metalera más allá de las redes sociales, y este informativo es un ejemplo destacable.

 

miércoles, 12 de julio de 2023

Alburia: la música debe ser como el aire

 

Por: Cristian López Talavera

 

¿Por qué no muero tranquilo/ esta agonía es sin fin/ en dónde está la salida/ aquí el castigo es vivir?, esta letra corresponde a Alburia, una banda quiteña de rockandroll&blues, formada en el año 2021, en el bar La Oficina, cerca de la Plaza Belmonte. La letra corresponde a la canción Zombie, “Trata sobre un man que no tiene ganas de vivir, si cachas, la depresión”, nos dice Pato, su vocalista. Así empezamos la conversación con los Alburia, en el departamento de Williams (percusiones) y José Luis (bajo), quienes son hermanos, entre los tres han creado una de las bandas con un gran crecimiento en la escena roquera de la capital.

El departamento donde los Alburia ensayan queda en el sur de Quito, el encuentro es a las 16 horas. Al llegar y antes de timbrar la puerta de la casa, se escucha Zombie, acaba la rola y timbro, sale a recibirme José Luis, saludamos e ingreso al lugar donde esta banda practican martes y miércoles, es un cuarto pequeño, en las paredes están poster de los conciertos que han sido invitados, algunos reconocimientos, un pizarrón donde están las canciones que han venido ensayando a lo largo de estos dos años. Hay una bandera grande con el logo de Alburia y una botella de Sunny, pero que contenía pájaro azul. Saludo y les pregunto sobre la canción Zombie, y ellos comienzan a reflexionar sobre la depresión y la angustia del vivir.

 

Hoy que el virus infectó/ el centro mismo de mi alma/ me deslizo sin sentido/ sin sentimiento de nada/ oigo el trino de los perros/ y el ladrar de un pajarito/ que se comen uno al otro/ pero a mí me da lo mismo

 

La letra de Zombie se construye como la roca de Sísifo y ese retorno a la que los seres humanos estamos condenados en vida, a la tragedia de la condena. ¿Cómo se toma conciencia de la tragedia?. Para los Alburia esa tragedia se convierte en juego de palabras, según la RAE hace referencia al azar o la suerte y suele usarse en frases como "no dejar nada al albur". Ellos se encontraron en un bar y decidieron unirse para hacer música. Pato nos dice que él, desde el colegio, tenía un cuadernillo de poemas (que se perdieron cuando se divorció), y de ahí retomó, recordando la letra Zombie.

Cuando les pregunto a los tres sobre qué significa Alburia en sus vidas cotidianas, ellos me responden que es una transformación, Williams me dice que fue una nueva vida, si bien, parece que el destino confluyó en unirse, pero fue un cambio en sus vidas.

 

Con mi banda fuimos a tocar en algún bar/ el sonido fuerte despertaba a la ciudad/ esa linda chica que juré no verla más/ ahora me miraba con su lindo encanto sexual/ ahora qué dices nena/[…] ahora que sabes que llevo el rock en las venas/

 

La canción Rock en las Venas habla sobre ese cambio que Alburia significó para este trío quiteño. “Cuando iniciamos éramos el Williams, dos panas y yo, pero en el primer ensayo, salieron los panitas, nos quedamos los dos”, nos dice Pato, “luego le pregunté a Will, qué hacemos, seguimos o qué, el Will nos dice, digámosle a mi ñaño, el José. Hicimos el ensayo entre los tres, y la conexión fue directa. Al tercer ensayo teníamos dos canciones hechas”.

 

La pandemia influyó en la sensibilidad de los artistas, el encierro, la monotonía, la tristeza, la depresión fueron causales para que el país cambiase ante la visión de la realidad. Aquí nace esa paradoja entre el existencialismo y ese modernismo, tan creciente, y todo eso se transmuta en expresión artística.

 

Pero tampoco hay que dejar a un lado la conciencia política que despertó la pandemia y las políticas antipopulares de Lenin Moreno, que terminó con la protesta de Octubre de 2019, y el derramamiento de sangre que se dio en la ciudad, por eso, Alburia como expresión artística no se desentiende de ese tema, y lo toma como parte de una problemática de esa realidad en sus letras. Se alejan del sentido panfletario, sino más bien, son inconformes ante el sistema, ante ese modelo político de sangre y muerte. Alburia reacciona con el arte.

 

Un levantamiento en octubre de hace años se forjó/ pero un asesino presidente con las armas reprimió/ nadie hizo nada por los muertos todo el mundo se calló/ y la corrupción sigue sentada en presidencial sillón/ vivo en un lugar donde el gobierno es enemigo del país

 

La canción todo está bien es testigo de esa época que quedará marcada en el imaginario de las injusticias sociales del país. La denuncia social con los Alburia se convierte en estética y rebeldía, para ellos, la identidad, la apropiación de los suyos se convierte en tema clave para la nueva sensibilidad del rock en Ecuador.


 

En media entrevista, suena el timbre de la casa, José abre la puerta y es Juan Carlos, quien trabaja la publicidad de Alburia, y trae una funda grande con implementos de este trío de rockandroll&blues, camisetas, llaveros y unas maracas, todas tienen un dibujo en particular, cuando les pregunto, el porqué de esa imagen, José me dice que es la mascota del grupo, que se llama El Pepo.

 

José explica que el 31 de julio de 2021, cuando iba a ser su primer concierto en la Casa Uvilla, que queda por el sector de Miraflores, la organización les solicitó una foto, pero ellos descuidaron ese asunto y tenían fotos con los anteriores miembros de la banda, por lo que José Luis, mediante el uso del editor de fotos del celular se dibujó, quedando ese como el logo de los Alburia, que ahora se le ve en las camisetas, en los demos y en sus redes sociales.

 

La ciudad es un espacio de transformación, de añoranza, de entrañamiento. Poetizar la ciudad es descubrir sus diferencias, pero así mismo es mirarse en el espejo, mirar lo íntimo de nosotros, abandonarnos y seguir el camino. En la canción tarde cansada nos dicen:

 

Tarde muy cansada solo quiero llegar/ coger mi guitarra y ponerme a cantar/ frases que temblando solo llegan a mí/ hoy solo quiero cantar este blues/ la ciudad me envuelve no puedo respirar/ de las alegrías no me puedo acordar/ es tan corto el tiempo en que puedo encontrar/ necesito encontrar mi lugar.

 

No se puede pensar un poema sin recurrir a la soledad. Tarde cansada es la perfomance de la ausencia-presencia. El yo especula con la conciencia de la muerte. Alburia tiene mucho apego al rockandblues de América Latina, en la conversación salió a la luz el gran Pappo’s, la Naranja Metálica, el Tri, el Haragán, Liran Roll. Nosotros tomamos de todo para conjugar y hacer una sola en Alburia.

 

Alburia es una banda que quiere romper las fronteras entre el rock del norte y del sur, quiere llegar a todo el país. Han tocado en varias partes de la capital y una sola vez en Ambato, pero tienen presente que deben seguir trabajando duro para poder llegar a otras ciudades. Tienen un demo editado, con el cual han llegado a varios medios de comunicación, el sencillo de llama DemosAlburianos (2022).

 

Alburia cumple dos años en la escena rockera del Ecuador, para esto han preparado una gran fiesta este 15 de julio del 2023, donde compartirán con su público toda la música que han venido trabajando arduamente. El concierto será en el bar Raymi Music, que queda en la Av. Ajaví y Serapio Japerabi, a las 19 horas. La entrada está a tres dólares y se anuncia que existirán regalos para los asistentes.

 

Alburia son:

Pato Tapia: guitarra y voz principal.

Joselo Jiménez: bajo y coros.

Williams Jiménez: percusión y coros.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Desertor, la muerte es una sombra

Imagen tomada de la cuenta de facebook de la banda.

 

En Sé que vienen a matarme (300 Records, 2020) álbum debut de los guayaquileños Desertor, conviven dos elementos que vuelven interesante este trabajo.

Por un lado, el concepto lírico en torno a la muerte, desde la brutalidad de un verdugo tras su víctima: aquel que no acepta lo inevitable de su desaparición. Un acabose que aparece entre el ensueño de un mundo que no tiene salvación. Es el tema homónimo del álbum el que comprime la fuerza letrística de la banda: la víctima intentando salvarse, aunque esto signifique matar al victimario.

Por otro lado, la mixtura entre el thrash y el death metal en la que están compuestos los siete temas (puesto que dos aparecen en su versión cantada en inglés) dotan a este conjunto de una fuerza que logra equilibrar momentos de furia y desesperación. Toda una escuela de metal extremo comprimido y expuesta con destreza. 

Imagen tomada de la cuenta de facebook de la banda.

Así, el desertor, aquel que ha abandonado una causa, aquello en lo que creía, y que ahora arrepentido huye de la responsabilidad, de la idea a la cual estaba adherido. Ese desertor que deambula entre sombras, que ve y siente que algo o alguien sigue sus pasos; ese desertor piensa en la muerte, como el fin de su propósito truncado por sí mismo.

Este mismo desertor habita un territorio bíblico (sin que sea la razón total de su existencia musical), donde la sangre y las plagas son una purga, donde el paisaje tétrico refuerza el tono violento que acompaña estas canciones: himnos rabiosos que no dan tregua.  

Desertor con este Sé que vienen a matarme, deja en alto su bandera de entrega en el metal extremo, uno que se sostiene inclaudicable.  

 

Temas:

Amo y señor

La muerte de un sueño

Sé que vienen a matarme

Sin temor a vivir

Rebelión

Ritual de Andras

Apocalipsis

The death of a dream

I know they come to kill me