sábado, 23 de marzo de 2013

Un momento importante para el metal mantense

Alfredo Román de Autopsia.



La siguiente lectura no tiene como propósito un reporte cronológico y total del concierto denominado War of metal (realizado la noche del viernes 22 de marzo, en Manta) sino un análisis en torno al surgimiento de un público mayoritario que llama la atención por algunas características particulares.



El metal sonó con intensidad y euforia

Los portovejenses Autopsia, demostraron que tienen en Manta un público fiel, esto se comprobó en el constante corear de sus canciones y en un mosh desenfrenado que le dio mucha motivación a cada uno de sus integrantes, en especial a su vocalista, Alfredo Román, quien no paró de demostrar su liderazgo en la banda.



Alex Cuka de Réplika.



Los locales Réplika demostraron porque, hasta la fecha, son una de las bandas más respetadas. Un cautivado público coreó, saltó y sudó cada uno de los temas. Excelente la incorporación del nuevo guitarrista, un músico con su trayectoria ganada y talento demostrado: Alex Cuka.


Aneurisma
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Finalmente Aneurisma, quienes regresaban a tocar en vivo, desenfrenó a su público que esperó pacientemente su regreso. El nuevo integrante (baterista) supo demostrar una integración total. El plus de su presentación fue el obsequio de camisetas y gorras de la agrupación.





¿El público es el que gana o pierde?

Más allá del evento mismo, del buen sonido, del calor casi insoportable del espacio y de la escases de cervezas (y no es que se busque fomentar el consumo de alcohol, sobre todo cuando se apreció a varios menores de edad siendo parte del público) se trató de un momento importante para el metal mantense, donde se evidenció a un público masivo, ávido y joven que busca el apoyo desde una taquilla, y desde un orden no establecido pero sí implícito que sirve para la continuidad de conciertos.



Este público joven, con una inclusión de mujeres cada vez en aumento, de mosh, de gritos, de cuernos arriba, de saltos, de coros al son de cada canción de las bandas, denotó un seguimiento y conocimiento de sus bandas (por lo menos de las participantes).





Ahora bien ¿cuántas y cuántos en realidad son metaleros que eligieron asistir a un concierto porque representa para ellos ese rito de unidad cultural?. Y la interrogante surge porque más allá de cualquier forma de por medio, de cualquier elitismo siempre cuestionable, de cualquier purismo inexistente…me queda la duda ¿será que los conciertos se volvieron el hecho social preciso para que los jóvenes se regodeen entre ellos? ¿será que los conciertos pasaron a suplantar a las matinés de discoteca y se convirtieron en la excusa perfecta para “pasar el rato”? o se trata simplemente ¿de aquella generación que vino a suplantar a los “veteranos” que en un momento determinado quisieron hacer mucho y lograron poco para finalmente pasar a segundo plano?



Lo digo ahora, con toda la certeza: War of metal ha sido la excusa perfecta para visibilizar a un público joven mantense comprometido con su rol de apoyo, pero ¿hasta cuándo permanecerá este público? ¿será parte de otros eventos con otras bandas de distintos géneros? o ¿será, contraria y efectivamente, el ejemplo a ese otro público más antiguo que no logró entender la importancia de pagar una entrada y evitar volver a un concierto la excusa para beber y esperar el “puertazo”?

1 comentario:

  1. bacan esos pelados asi se empieza me hubiera gustado estar por alla , felicidades a los organizadores y que esto sea el inicio de una nueva generacion de rockers

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