lunes, 30 de abril de 2012

No hay quien nos pare: “Hay que darle un valor a lo que se publica”


 
Dentro de las propuestas comunicacionales de reciente visibilización en Ecuador, Nohay quien nos pare resulta una alternativa a la que se debe poner atención, sea por su estilo, por sus secciones y por la percepción que posee su editor, respecto al movimiento rock metalero de su país.
Y es que este blog de nombre particular, es otra de las escasas opciones que se presentan a las bandas ecuatorianas y de otros lares, interesadas en dar a conocer su trabajo.
Luis Fernando Fonseca, editor y responsable de la dirección de este blog, dialogó en torno al oficio del periodista rock metalero. El resultado: información clave para todos aquellos profesionales de la comunicación que buscan especializarse en la difusión y tratamiento del rock y metal.      

No hay quien nos pare es un blog que desde el 2010 viene desarrollando periodismo metalero ecuatoriano ¿debido a qué necesidades nace este medio de comunicación?
Ante todo responde a la intención de narrar las vivencias de esta cultura desde su interior y a expresar las inquietudes propias de sus autores como metaleros.
El hecho de que el metal no pase por los medios masivos de comunicación ha determinado que la información relacionada circule a través de otros canales (soportes) que podrían denominarse alternativos. En este punto surge la imperiosa necesidad de darle un tratamiento desde el periodismo especializado a todo lo que tiene que ver con el rock. No basta con publicar y difundir información de lo que se produce en esta cultura, hay que darle un contexto y un tratamiento profundo a sus prácticas, estética y apropiaciones.

Ser periodista metalero no es cuestión de proponérselo es también capacitación y constante trabajo ¿cuál es tu formación periodística y cuál crees es el aporte de tu blog?
Egresé de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central (FACSO-Q) en 2011. He trabajado en investigación de la comunicación (CIESPAL) y creo que este oficio es una labor que no puede limitarse al estudio y puesta en marcha de una carrera como tampoco a un horario establecido. Exige un compromiso más profundo en el que el ser autodidacta es casi una condición; de ahí mi interés por todo lo que tiene que ver con las teorías de la comunicación, las tendencias narrativas y los productos comunicacionales.
Mi propuesta va encaminada a desarrollar el periodismo narrativo que va ganando espacios en América Latina. El tener mayor presencia en Internet, magazines o fanzines que en otros medios no debe ir en detrimento de la calidad de los contenidos que allí se publican. Al contrario, habría que considerar que el no responder a una gran empresa de comunicación -a sus propietarios, auspiciantes, intereses particulares- posibilita la abolición de la censura previa y amplía los enfoques a usar tanto como los temas a tratar dentro de esta labor.
A la responsabilidad social, inherente a la producción de mensajes, hay que agregarle el sentido de pertenencia y la sensibilidad necesaria para su inserción en el movimiento rockero. Ese es el objetivo de No Hay Quien Nos Pare, vincularse como propuesta a nuestra cultura con el valor agregado de registrar, difundir y relatar los hitos que deja la creación de músicos, productores y demás involucrados.

Tu medio tiene el soporte digital como gran aliado ¿qué tan necesario es acceder y ejercer un periodismo digital metalero en nuestros días?
En relación a la escasa y limitada presencia en radio, televisión y prensa escrita es trascendental el pasar por la multimedia. Se goza de mayores recursos porque es un soporte que integra varios tipos de texto: escrito, sonoro, visual y audiovisual. No hay que olvidar que de esta forma -y aunque el uso de internet está restringido a un grupo minoritario- el alcance se expande tanto que las productoras y agrupaciones tienen sus propios espacios.
La diferencia entre un medio independiente en la red y uno que pertenezca a un sello discográfico o a una banda es que el primero tendrá como objetivo elaborar mensajes que lleguen de mejor manera a los cibernautas y, sumado a que esta actividad no se limita a la circulación de información, puede generar reflexión y diálogo: “no-lugares” que nos ayuden a enriquecer a esta cultura más allá de lo urbano-local.




“(…) me gustaría que quienes hacemos periodismo real sobre Rock Pesado nos integremos, así se podría pensar en producir para todos los medios imaginables y hasta crear una especie de agencia para suplir ese vacío parcial de difusión e interacción que aqueja a nuestra cultura.”





Luis Fernando junto a Gustavo Zabala, bajista de Tren Loco.



Muchos fanzines, zines y magazines (y esto más allá de las etiquetas que posean) han caído en el error de simplemente informar y no de formar ¿qué opinas al respecto?
Me parece cuestionable esto de formar, ya que para ello hay que asumir que los receptores son pasivos y necesitan que les digan qué hacer, cómo pensar. Esta costumbre se acerca a ese viejo principio de “dar voz a quienes no tienen voz” cuando todos la tienen, la diferencia es que unos gozan del privilegio de difundirla en medios masivos que llegan a grandes audiencias y otros no. Más que informar hay que darle un valor a lo que se publica para que no sea desechable, para que sea parte de la cultura y se vea que hay un esfuerzo detrás. Otro de los clichés que hay que dejar de lado es el de la imparcialidad que, siendo humanos, es imposible de respetar, más si te planteas cubrir-retratar una cultura con la que te encuentras plenamente identificado.

El estar detrás de un medio de comunicación, sobre todo cuando se mantiene en la línea subterránea, no da ganancias ¿cómo sostienes tu blog y qué propósitos más allá de lo económico encuentras en él?
En la actualidad me desempeño como profesor de un Instituto en la capital, ese salario me ha permitido obtener determinado tipo de información además de acceder a internet y a algunos eventos; esto no quiere decir que sea una actividad que se restringe a mis ratos libres sino que atraviesa toda mi vida, propósito que te hace olvidar lo económico. Al ser una actividad que está fuera de una estructura o empresa te da plena libertad creativa y puedes desarrollar otro tipo de proyectos. Queda la satisfacción de hacer algo por convicción profesional y amor a la cultura, a la música en particular, eso tiene un gran valor simbólico pero no tiene precio.
No hay que descartar que este ejercicio periodístico sea rentable a futuro, es algo que se logrará a través del trabajo constante, pero para eso hace falta integrar un grupo de comunicadores y explorar otros medios en los que exista una retribución directa, en cada entrega. Hay que aceptar que si por un lado el internet está desplazando a lo escrito, por otro en lo virtual no hay quien asegure la subsistencia de un medio, y cualquier intento de restringir la información en la red a quienes pagan por ella pasa por la censura.

¿Cuáles son las características más idóneas, desde tu perspectiva, que debe poseer un periodista metalero?
Ser coherente con sus principios: lealtad al Metal Pesado, respeto por sus congéneres, pasión inquebrantable por la música que ama y defiende... Estoy convencido de lo que dijo Ryszard Kapuściński: antes de ser periodista hay que ser buena persona y sí, creo que se debe tener una formación en este campo o, por lo menos, tender a profesionalizarse. Es un ejercicio de responsabilidad, de consideración a quienes leerán, verán y escucharán tus mensajes.

¿Crees que las revistas metaleras ecuatorianas han explotado todo el potencial musical del país?
No lo han logrado porque aquellas que pudieron hacerlo -no pasan de dos- ya no existen y su alcance (tiraje, difusión, calidad) fue limitado. El estar junto a las bandas y con la gente sirve poco si la calidad de lo que se produce en la revista es nula: distorsiona lo que los músicos quieren manifestar (su arte) y carece de continuidad por falta de lectores.

Muchas revistas metaleras a nivel mundial no explotan el 100% la originalidad desde los géneros periodísticos y siguen un mismo esquema ¿cómo aprecias este punto?
Estoy de acuerdo con tu percepción. En su mayoría, se limitan a difundir mensajes publicitarios de sellos grandes y bandas populares sin intervención creativa. Tampoco aprecio el que solo enfoquen escándalos o acontecimientos que no aportan al crecimiento de la cultura, por eso no me gusta el sensacionalismo en el que se ha sumergido, por ejemplo, la Heavy Rock, quienes han formado un círculo en que no se alternan otros géneros que no sean la entrevista o reseñas de discos y conciertos.
Cabe destacar la labor narrativa de referentes como Rolling Stone -en sus ediciones española, mexicana y argentina- o el valor documental y hasta bibliográfico que tiene la Rock Estatal, también de España. En América Latina aparecen con frecuencia artículos que reúnen varios géneros periodísticos, más allá de la normativa que establece el reportaje, como los de la revista argentina Jedbangers. Es difícil encontrar estos contenidos en magazines de menor tirada y calidad pero sobresalen algunas iniciativas, con mucha historia, como la -también gaucha- Metalica Zine.

¿Qué tan importante es la socialización de periodistas con productores, bandas y organizadores de conciertos?
Es determinante puesto que si se pierde ese contacto simplemente no hay un acceso total a los eventos, que son los lugares en donde se eterniza esta cultura. El problema es que muchos no se interesan en difundir más de lo necesario para convocar asistentes que les den réditos económicos a sus empresas, organizaciones o asociaciones. No toman en cuenta que al tratar de temas culturales deberían garantizar el acceso y ser transparentes, más si usan recursos del Estado.
Pero este tipo de acuerdos (medios-gestores) no es imprescindible. Varias veces hay que acceder a la información o a las fuentes e implicados de manera casi clandestina, o simplemente hay cosas más interesantes que relatar en la calle y en otros lugares que no están limitados a los espacios que dejan los productores.
En cuanto a las bandas, hay una voluntad expresa de los músicos de dar la apertura a los medios especializados. Son pocas o van desapareciendo aquellas agrupaciones que fingen y exigen exclusividad, algo groseramente raro en nuestro medio.

Uno de los grandes problemas para decenas de medios de comunicación metaleros es la falta de continuidad ¿cada cuánto se postea en No hay quien nos pare?
No hay una periodicidad definida. Quizá sea una equivocación no establecerla, por aquello de que fideliza a la audiencia y el medio adquiere regularidad, pero he preferido que todo lo que se publique sea pertinente antes que cumplir con plazos que pueden ir en contra de la calidad en su elaboración.

Finalmente muchos periodistas metaleros han demostrado desde sus fanzines y zines que se puede cumplir múltiples funciones y lograr un buen trabajo, por ello ¿cuán necesario es un equipo de colaboradores en la funcionalidad, en este caso, de un blog?
El estar situados en lo underground no quiere decir que haya que esquivar la calidad y sumirse en lo precario. Basta observar lo que han hecho muchas productoras independientes con una buena organización y capacitación continua. Son requisitos que se hicieron visibles desde los ochenta, como toda esta movida; los ejemplos van desde Metal Blade hasta la Nuclear Blast, desde la legendaria Kerrang! inglesa a la Metal Hammer alemana que hoy tiene una edición para hispanohablantes. Es el camino al que hay que apuntar.
La falta de continuidad es un síntoma de la escasez de este tipo de colaboradores, se debe a que estamos dispersos, y el resultado es una producción desarticulada, fragmentada e incompleta. Ese es el problema esencial a resolver ya que el oficio periodístico desaparece cuando se le atribuye su deterioro a “la falta de tiempo”. Por eso me gustaría que quienes hacemos periodismo real sobre Rock Pesado nos integremos, así se podría pensar en producir para todos los medios imaginables y hasta crear una especie de agencia para suplir ese vacío parcial de difusión e interacción que aqueja a nuestra cultura. Pero para eso será primordial despojarnos del pobre reconocimiento que se ha obtenido y empezar de cero, con una propuesta y concepto que aglutinen sino a todos, a la mayoría de periodistas y escritores metaleros.

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