jueves, 4 de agosto de 2011

Chancro Duro en Manabí


Catorce años debieron pasar para que Chancro Duro, la mítica banda quiteña que retomaba su actividad tras años de silencio, volviera a Manabí. Su objetivo: reanimar a sus seguidores, los del ayer y los que se fueron adhiriendo mientras dormían y crecían como leyenda dentro del país. El pretexto de invocación: el segundo festival rock metalero Alfaro Raimy, desarrollado el sábado 30 de julio de 2011.

Y ahí estaban los tres individuos que marcaron el metal ecuatoriano (Jaime en la batería, Diego en el bajo y Lenin en la voz), complementados con un nuevo integrante (Mario en la guitarra) que no ha claudicado ante el peso y responsabilidad. Con un Lenin Terán vuelto leyenda (jamás metal star!!!) convirtiéndose en el escenario, demostrando que la banda continúa dando guerra, haciendo música “patán”, sarcástica, de burla constante, de irradiante y enfermizo humor negro sin filtro. En sí, volvían a lo de siempre: autocomplacencia, que irónicamente encontró un lugar, merecido y envidiado por otras bandas, en el movimiento metalero del país.



(Lo que me recuerda José Luis -su hermano, el acólito de siempre tras los escenarios- es histórico: 500 metaleros, veteranos y jóvenes, apoyando con euforia el regreso de la banda, y 500 cabezas más pugnando desde afuera, entrada en mano, poder entrar al recinto y ser parte de la historia.)

Ano apestoso, 444.444, Thalia, Nirvana, Autocontrol, Pelo de vagina, Violar y violar, son algunos de los temas (enfermos, pegadizos, hirientes, que continúan chocando contra la realidad farandulera, política, educativa y social de un país tercer mundista) que el público, agolpado frente al escenario, pide a gritos, exige con desenfreno, como si la banda ofreciera el último concierto de su vida. Pero la banda no se aparta de su repertorio (con el que retomaron su regreso) y da un repaso por sus temas iconos, extraídos del Capítulos que se le olvidaron a Chancrante -trabajo de cabecera para muchos- Chancro en duro, o de aquella inolvidable participación en el Ecuador subterráneo I.






No hay que olvidar Chancro Duro es el escupitajo que todos quieren probar; el gargajo anti estético que todos resaltan; la verruga en la cara hipócrita de un país repugnante; la novia fea que no se abandona porque tira bien... Y frente a ellos estamos, siendo el coro estentóreo de los temas.

Diego, desde el bajo, empieza los acordes de Violar y violar, el anuncio del cierre, pero el público quiere más, por ello exige que toquen una más (¿podría pedírseles de favor y con una sonrisa sopa esto?). Y vuelven, con una sugerente canción para abofetear a este público insistente y descontrolado, machetero y violento: “Me valen verga, verga, verga, verga / Todos me valen vergaaaaaaaaaaaaaaa” nadie se lo esperaba, pero todos lo invocaron, hicieron que la bestia regresara, se conectara a los amplificadores y de una vez por todos finalizara su repertorio: el que más he disfrutado en los últimos años.








Fotos de Donny Macías.

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