Portada del álbum. |
La
subjetividad con la que ha trabajado líricamente Total Death no ha sido una
labor aislada. Existe una conexión en su obra, porque a toda ella la atraviesa
un desencanto poético, donde lo lúgubre de las emociones se apodera de cada
acción de su personaje que exclama.
Una
voz única, la de la banda en sí, moviéndose en un territorio donde la
emotividad supura muerte y desesperación. Una rutina que consume y envuelve,
que acorrala y marca. Su música es una niebla para cubrir los rastros de la felicidad
macabra.
Eso
y mucho más se halla en Inmerso en la
sangre (American Line, 2015) un álbum desesperante desde la mirada
fatalista, desde el caos interno de sus personajes que pululan satisfechos de
sus cicatrices.
Ocho
temas para que el oyente se choque con historias cargadas de ausencia, de
recuerdos, de un anhelo al silencio. Ha logrado, la banda, con este trabajo, la
mixtura ideal donde agresividad y agonía confluyen en un mismo cauce.
Un
tributo a la oscuridad. Una terapia de confrontación despiadada ante uno mismo.
Una manera exacta para jusgar una obra que supeta lo hecho anteriormente, y una alegria saber la impresión que te causó, genial!
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