Si hay que
reconocer a una banda que ha venido trabajando duro -a pesar de los embates que
han fraguado e intentado su destrucción- en pro de legar al metal ecuatoriano
una obra de calidad, sin duda hay que referirse a El delicado sonido del trueno,
una banda ecuatoriana que ha demostrado un compromiso con su arte: emotivo,
oscuro y colérico, capaz de sostener un discurso donde la melancolía y la ira comparten
un mismo cuerpo: envolvente y arcano.
Este álbum es un
recorrido introspectivo por su obra conocida (desde su clásico Ángel de luz,
hasta temas más actuales como Massiel, Soledad inerte y Dos, y recientes, como
Lluvia bastarda). Personalmente me son nuevos Siniestro despertar, La lejanía
del paraíso y DST. Canciones que no contrastan con la unidad del álbum y logran
sostenerlo con fuerza.
Por lo tanto
este álbum homónimo (2013) es la evidencia de que DST continúa en su carrera
con profesionalismo y un compromiso con el arte del metal.
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