Corazón de
metal, banda ecuatoriana, no ha encontrado mejor tributo a sí mismo que titular
a su álbum con el mismo nombre. A esa figura motriz y vital que mueve un cuerpo,
en este caso uno identificado como heavy metal. Un cuerpo fiel a su discurso, a
una ideología que aboga por una libertad y exterminio de prejuicios. Un cuerpo
incólume que ataca y evidencia su naturaleza rebelde. Un cuerpo que se enaltece
de ser como es: cuerpo heavy, cuerpo comprometido, cuerpo protesta.
Ocho temas
componen este trabajo. Ocho temas que mantienen una línea heavy que no busca
apartarse de sí misma, que no explora más allá de su propia condición ya
estructurada, que se aferra a su naturaleza sin pretensión alguna. Para muchos
puristas del género puede que esto sea esencial, que se mantenga aquella
fidelidad intocable, pero el reto, el verdadero objetivo, siempre será romper
cuanta estructura represente una atadura.
Corazón de metal
podrá no ser la banda más representativa del género en Ecuador, pero justamente
este trabajo tiene el elemento base de toda banda: corazón. Por ello no quedan
al margen estos temas que representan una voz, una que se haya desde los bordes
sociales reclamando un debido posicionamiento. Una voz que puede llegar más
allá de sus expectativas. Una voz con causa. Y esa es la partida más leal que
pueda existir.
Año: 2012. Producción: Ministerio de Cultura de
Ecuador y Corporación rockero cultural Al Sur del Cielo.
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