Por Cristian López Talavera
Unas 150 personas se congregaron detrás de la Maternidad
Isidro Ayora, en el Centro de Arte Contemporáneo, antiguo Hospital Eugenio
Espejo, en la ciudad de Quito para presenciar uno de los festivales metaleros:
El Mitad del Mundo Fest, que en su inicio promocionaba a cuatro bandas, entre
ellas tres extranjeras y una ecuatoriana.
Rhapsody, banda que dirige el mítico Luca Turilli, y los
alemanes Primal Fear eran el plato fuerte para el domingo 11 de septiembre de
2016. Por otro lado, Valintor, de Colombia y Southen Cross, de Ecuador venían a
ser las bandas teloneras de este concierto “exclusivo” para 200 personas.
Un inicio tardío
Los domingos en Quito están acompañados de fútbol, la gente
se concentra en el resultado de sus equipos favoritos. Los otros, quizá están
en los parques, tal vez, en sus casas acompañados de unas buenas películas,
pero no para un grupo de jóvenes que se concentran en el antiguo Hospital
Eugenio Espejo para presenciar un concierto de Power Metal.
El concierto estaba previsto para las 15 horas. Un transporte
de turismo traía en su interior a dos históricas bandas de power metal europeo:
los italianos Rhapsody y los alemanes Primal Fear. La gente metalera se apostó
a los alrededores para saludar.
El primero en bajar fue Ralf Scheepers, vocalista de Primal
Fear, quien saludó.
- Ralf, welcome to Ecuador.
- Ralf, thanks for come here.
Eran los gritos que venían del público. Luego de unos minutos
apareció Luca Turilli, guitarrista y fundador de Rhapsody. Fue el momento
emotivo: “Loco, Luca está aquí”, “Grande Luca”, “Lione sin ti no es Rhapsody”.
A lo que Luca Turilli alzó sus brazos y saludó a la gente. Así, el concierto
parecía venir bien. Eran las 3 de la tarde y Quito era power metal.
Con la emoción de observar la llegada de las bandas al lugar
donde se daría el concierto, nos apostamos en la fila.
Los minutos iban pasando, la gente seguía llegando y las
puertas permanecían cerradas. Las cervezas y los cigarrillos se hacían presente
en el lugar, con esto se mitigaba la desesperación que producía la espera.
Comenzaron a llegar policías, unos 100 policías para unas 200
personas. Apareció el intendente, amenazando a la gente que si estaban con
aliento a licor no ingresarían al concierto; eran las 4 de la tarde.
Los metaleros que llegaron con puntualidad estaban
indignados, eran las 5 de la tarde, y las puertas permanecían cerradas. La
organización estaba en silencio, varias personas allegadas al local corrían con
papeles y detrás del intendente. Entre las personas, con su boleto a mano,
corría la voz que el concierto no tenía los permisos necesarios.
Las 17h10 minutos, la primera puerta se abrió. Todo hacía
premeditar que en pocos minutos, el concierto empezaría. Todo fue vana ilusión.
- Fue nuestra culpa. Ralf Scheepers decía desde los patios
del local.
- Mueve coshco, toca rápido.
- Ecuador no está preparado para los conciertos de Power
Metal.
- Si fuera Mago de Oz esto habría empezado rápido.
Mientras, los organizadores corrían de lugar en lugar sin
decir palabra alguna a los asistentes que se molestaban por el tiempo de
espera.
Todo esto transcurría y la gente comenzó a recordar los
grandes conciertos que se han dado en Ecuador, y la poca asistencia a estos.
También, recordaban anécdotas de las bandas, por ejemplo, de Ralf en Bilbao,
cuando gritó “Viva España” y el abucheo general por parte de los metaleros en
Bilbao, y Ralf sin saber qué sucedía. Anécdotas sucedían ya eran más de dos
horas de retraso.
Minutos más tarde, gente de la organización salió a dar
explicaciones: “En 15 minutos ingresamos, los Rhapsody dañaron los equipos y
para la no molestia de los presentes, las bandas teloneras no tocarán, sino
directamente pasaremos a los grupos europeos”. 6 pm. Ingresamos al local.
La rosa y la cruz.
Rhapsody y Luca Turilli en vivo
Ingresamos al local y el escenario estaba de luces y el intro
“Nova Genesis” nos decía que Rhapsody en pocos segundos haría su ingreso. De
fondo, Alessandro Conti daba inicio a uno de los shows emblemáticos en Ecuador,
su Knightrider of Domm, iniciaba con fuerza. Rosenkreuz sonaba en Quito. El
disco Prometheus le teníamos en vivo. Canciones como Symphonia Ignis Divinus,
el mismo Prometheus eran parte del escenario. Mientras el público batía palmas
a cada canción.
El instante en que la gente coreó fue con Land of inmortals,
aquella tierra de la inmortalidad en donde la eternidad se mira en un espejo.
Llegó el momento para el Ooooooooo… con Unholy WarCry: “In the dark lies
a secret” coreado por todos los asistentes. Así, con esa euforia del
público y la banda, llegaron temas emblemas como Son of pain.
Gran fuerza de estos italianos. Cabe resaltar, que Rhapsody
es la banda que, luego de separarse Luca Turilli formó con nuevos integrantes,
Dominique Leurquin, en la guitarra; Patrice Guers, en el bajo; y, Alex
Landenburg, en la batería. Hace no mucho tiempo, a Ecuador, en la Casa de la
Cultura, se presentó Rhapsody of fyre, la banda que quedó con Fabio Lione,
entre las dos bandas se comparten los discos Dawn of Victory, Legendary Tales,
entre otras.
La expectativa que se había creado era en verle en vivo a Luca Turilli, quien dio el alma en el escenario, jamás estuvo en quietud, siempre su guitarra dialogaba con el público que coreaba a viva voz cada una de las canciones de Rhapsody. La tremenda voz de Alessandro deliraba en el público. Los sonidos épicos no podían faltar, creaban un ambiente de guerra y aventura. Tolkien y su “señor de los anillos” se hacían presente.
Pero no podían faltar los “Game of trhones” con el solo de batería. Espacio para que la banda tome un respiro.
Los puntos catárticos de este show fueron Dawn of Victory y Esmerald Sword (canción con la que finalizó el show).
El pabellón tres del antiguo Hospital Eugenio Espejo a las 6:40 estallaba con el grito de “Gloria, /gloria perpetua/
In this dawn of victory”. 50 minutos duró el show de esta banda italiana.
In this dawn of victory”. 50 minutos duró el show de esta banda italiana.
El infierno sobre
ruedas: Primal Fear destruyó melenas en Quito
El tour rulebreaker, de los alemanes Primal Fear se hacía
presente, a las 19h10 minutos. Un intro, de unos 15 segundos daba inicio al
show, Final Embrace y los Primal Fear aparecían en escenario. Ralf Scheepers,
en la voz; Matt Sinner, en la guitarra, Alex Beyrodt, en la otra guitarra; Tom
Naumann, en el bajo, y Francesco Jovino, en la batería; Primal Fear era parte
de la escena metalera en Ecuador.
Canciones como In metal we trust hicieron que la gente
delirara. La canción rulebreaker sonaba en el escenario y Ralf Scheepers
emergía de los infiernos para desordenar lo “supuestamente” calmo. Los alemanes que rompen las reglas
hacían que la gente estalle en coro “He's a rulebreaker/ Hell on wheels/ And
it's not my last goodbye/ Rulebreaker/ Hell on wheels/ And there's no one left
to hide/ He's a rulebreaker/Born a rebel and born to die alone”.
Con los puños en alto, Ralf se emocionaba, y la gente gritaba
“Primal Fear/ Primal Fear”, ante esto, los alemanes atacaban con Angel in
Black, para esto, el virtuosismo de Alex Beyrodt generaba catarsis. Sign of
Fear, When death comes Knocking sonaban y la voz de Scheepers emitía los
típicos gritos heavys. Un eco permanecía en el local.
Luego de un juego de Ralf con los asistentes, empezó el destroce de melenas “Are you awake/ are you alive/ Are you ready for a fight/ gonna raise some hell tonight”. Angels of Mercy sonaba en el escenario del Antiguo Hospital Espejo. Seguido de la clásica The end is near.
El show de los alemanes duró aproximadamente una hora. Pero no podía faltar Metal is forever con la cual la gente vibró hasta el extremo. Unas 200 personas corearon el himno de Primal Fear.
Las 8:10 minutos, dio fin a uno de los grandes shows que se han dado en este 2016.
Rhapsody y Primal Fear dejaron el alma en el escenario. La gente se fue satisfecha, más allá de la pésima organización, shows como estos dan categoría a la escena metalera de Ecuador.
Fotos y videos tomados de internet.