Es poco inusual que el tema del rock y metal sea analizado más allá de breves y fragmentados intentos desde los medios especializados, sean revistas, programas radiales, televisivos, blogs… por eso la publicación del libro Hardcore y metal en el Quito del siglo XXI resulta una excelente oportunidad para refrescar la multiplicidad de temas relacionados a la problemática existente en el rock y metal ecuatoriano.
Juan Pablo Viteri, quiteño con estudios en antropología visual, autor de esta obra que no ha tenido la debida promoción a nivel nacional, no dudó en responder cada una de las preguntas enviadas, respuestas que ayudan a entender desde su esencia este importante trabajo (todo aquel que esté inmerso en la generación de un discurso sustentado dentro de la panorámica rock metalera, lo es).
Saludos Juan Pablo, a finales del año pasado Flacso publicó tu libro Hardcore y metal en el Quito del siglo XXI ¿Por qué tanto silencio en torno a la obra? ¿Se hizo alguna presentación oficial?
Muchas gracias por la entrevista. Hubo un lanzamiento oficial en la FLACSO a principios de este año, al evento asistieron unas 40 personas. La FLACSO se encarga de las publicaciones y pasa por uno mismo financiar el lanzamiento. Para ese momento yo no contaba con presupuesto suficiente y no pude costearme nada más que una java de cervezas para el brindis después del debate que se armó en el lanzamiento. Como dato en el lanzamiento hubo comentarios de académicos como X. Andrade (coordinador del programa de Antropología Visual de la FLACSO), Hugo Burgos (decano del Colegio de Comunicación y Artes Contemporáneas de la USFQ) y René Unda (catedrático de la Salesiana). Finalmente, próximamente compartiré una versión digital del texto, que me parece es una estrategia de difusión más viable.
Hardcore y metal en el Quito del siglo XXI gira en torno a una muestra, la productora Alarma ¿Cuál es tu relación con sus integrantes? y ¿Cuál es tu afinidad con el hardcore?
Así es, como mencioné antes, mi cercanía con este espacio y con sus procesos para mí fue la motivación para realizar la investigación, y a esto no lo vi como un sesgo, sino como una fortaleza. Uno le pone más ganas a lo que le apasiona.
Para mí el Hardcore, especialmente en su línea clásica Minor Threat, Black Flag, Agnostic Front después Rites of Spring y muchas de sus nuevas y viejas vinculaciones con el metal, han traído grandes rupturas estéticas y discursivas que han nutrido a la música popular y que incluso han permitido forjar el espíritu de independencia y la autogestión que ha contagiado a otros géneros musicales. Me parece también que ese espíritu a nivel global y local, últimamente parece volverse difuso, salvo pocas excepciones.
Personalmente mi afición por la música no solo se limita a la música pesada, me interesan muchos géneros, adoro y admiro a bandas que se vinculan a otros tipos de géneros musicales. En general la música me parece que es una puerta muy interesante para entender, cuestionar y reflexionar la sociedad y la cultura. De hecho si podría realizar otra investigación sobre música, lo haría analizando al pop de producción local. Fausto Miño, Velasco y compañía en su música manejan discursos que revelan mucho de lo que somos como sociedad y sobre lo que valoramos como arte y como música, no hay que olvidarse que este pop si tiene un evidente impacto masivo al menos localmente. Por eso me parece importante empezar a estudiar, cuestionar y reflexionar a profundidad a estos otros espacios musicales menos independientes. Mediáticamente se ha visto de manera muy prejuiciada al Rock y al Metal, tal vez es hora de generar una contraparte que sepa generar críticas fundamentadas y que no reproduzca el modus prejuiciado y conservador de los medios tradicionales. Si algo ha demostrado la música independiente es que ve con ojos muy críticos a la sociedad, a pesar de que muchas veces reproduzca sin darse cuenta sus valores.
La entrevista completa léanla en Marfuz zine Nº 21, que empezará a circular la próxima semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario