Portada de su reciente álbum: Sin Altar (2015) |
El metal y la poesía han sido dos
géneros, el primero musical y el segundo lírico, que en apariencia han estado
desconectados, sin embargo la poesía dentro del metal y viceversa han estado
conectados más de lo que el oyente creería.
Bandas con integrantes poetas, o
poetas pertenecientes a la cultura metalera, lograron fusionar y propiciar el
aparecimiento de bandas cuyo objetivo ha sido el fomentar la literatura, en
específico la poesía, a través de sus canciones.
Pero todas estas bandas, que no
son muchas dentro del panorama ecuatoriano, no se han abanderado de esta
fusión. Ninguna otra tomó como emblema la mezcla entre metal y poesía, salvo
los quiteños Decapitados.
Una banda que a través de sus
fundadores: Juan Carlos Hurtado y Mayarí Granda, han llevado su propuesta a
terrenos extra metaleros: ahondando en el imaginario metalero con temas
adaptados de poemas de autores nacionales, siendo referente (con su nombre) de
una generación marcada por la muerte.
Una banda que ha conseguido
mantener una estética, que además de publicar discos –sus álbumes- decidió
fundar un sello editorial homónimo y publicar y difundir los trabajos de uno de
sus integrantes.
Por su paso en Portoviejo, a
propósito del concierto Manabí Undreground en el mes de octubre de 2015, logramos
dialogar extendidamente con Juan Carlos Hurtado, voz gutural y guitarrista de
la banda.
El metal y la poesía tienen a
Decapitados como representante en Ecuador, este diálogo (que es la versión
corta un texto extenso) da certeza de ello.
Afiche promocional de su reciente álbum. |
Juan Carlos ¿Cómo ve el mundo
metalero local Decapitados?
Estamos
celebrando veintidós años de trayectoria, de metal y poesía con Decapitados. Iniciamos
en 1933, ha sido una carrera dura, pero llena también de alegrías, llena de
fuerzas. Ha sido nuestro pilar en nuestras vidas, sentimos el metal y lo
llevamos dentro y fuera cada minuto. Eso, creo yo, que se ha logrado reflejar y
la gente lo ha sabido acoger de manera muy transparente y amiga.
Iniciamos
la gira Sin Altar y hemos podido
evidenciar todo el cariño y la admiración de la gente, y obviamente el respeto.
Nosotros devolvemos lo mismo, estamos conscientes y seguros de que aquí no hay
estrellas de rock simplemente difusores, seres que estamos trasmitiendo
nuestras sensaciones, experiencias, objetivos, y la gente los sabe acoger y se
identifica con ello. Entonces creo que la relación Decapitados – público cada
vez se estrecha más.
¿Y en qué momento se plantearon
lograr ese nexo entre metal y poesía?
Creo
que fue en el momento en que se unieron las vidas de Juan Carlos Hurtado y Mayarí
Granda. Formé parte de Procesión, luego Mayarí Granda también, pero ella tiene
el antecedente de haber editado su obra, Palabras
con el eje roto, antes de ingresar a la banda, y también viene de una
familia de dos grandes escritores ecuatorianos, y diría latinoamericanos, como
son Euler Granda y Violeta Luna, entonces ese peso, en cuanto a la poesía,
influenció mucho a la lírica de la banda.
Nosotros
desde un inicio, en Procesión, hacíamos ya recitales de metal extremo y
hacíamos intermedios poéticos, que era visto de forma muy rara, de hecho no
solo los intermedios poéticos, sino que una mujer forme parte de una agrupación
de metal, que pues estaba representada nada más que por hombres. Entonces yo
creo que en ese momento se dio esa fusión del metal y la poesía, y la gente
también se siente identificada porque no solo ve el equilibrio entre música y lírica,
sino que ve un equilibrio entre hombre y mujer.
¿Si pesa el tema de la poesía en
su obra?
Es
definitivo, en varias entrevistas hemos expresado el hecho de que en el proceso
compositivo de la banda se experimenta un proceso inverso, en muchas
agrupaciones y amigos músicos hemos comentado que primero se hace la música y
luego se va escribiendo la letra, muy por el contrario en Decapitados: nosotros
siempre hemos partido de la musicalidad que tiene cada texto, cada poema,
entonces eso nos ha brindado una posibilidad diferente de expresión dentro del
metal y además ha sido una decisión muy fuerte, pues al ser una banda de los
años 90, cuando todos pensaban y creían que había que escribir y cantar en
inglés para poder internacionalizarse, el hecho de mantenernos en el idioma
castellano y obviamente intentar elevar la lírica a un nivel poético, nos trajo
en un principio una serie de reproches, pero el tiempo nos ha mostrado lo
contrario.
Juan Carlos Hurtado. |
Y en esa adaptación de escribir o
tener una letra y agregarle la música, ¿qué tan complejo se les hizo adaptar el
poema Alegría de Violeta Luna?
Una
maravilla de poema déjame decirte. Yo estaba leyendo uno de los poemarios de Violeta
Luna y me encuentro con el poema Alegría,
y para mí fue una iluminación. Cómo se podía expresar un sentimiento tan
profundo con imágenes tan volátiles, tan vaporosas. Escogimos ese poema, y fue
muy duro, porque el intentar ponerle música fue un atrevimiento en realidad.
Simbólicamente demuestran que son
anticlerical, las portadas de los álbumes son directas y demarcan la ideología
de la banda, pero ¿cómo logran incorporar letras que no son muy directas en
este campo y que tienen más bien un nexo poético? ¿cómo se relacionan en cada
nuevo trabajo?
En
ese sentido Decapitados muestra una dualidad. Había leído en alguna expresión,
creo que tuya, que la lírica de Decapitados se basa en el odio. Sin embargo Decapitados
tiene una serie de sentimientos, y el odio es uno de ellos. Pero hay mucho amor
en lo que hacemos, mucha pasión, bronca también. Estamos siendo humanos y
transparentes, y la gente puede ver eso, no hay pose ni falsedad.
¿Y cómo se definen del todo
musicalmente?
Una
banda de metal y poesía, pero en el estricto censo somos una banda de death
doom metal. Creo que hay que romper esas barreras que nos pone el
mercantilismo, porque en el metal hay mercantilismo, hay grandes editoriales y
disqueras, hay grandes bandas que representan un imperio económico. Entonces
bandas underground nosotros.
Mayarí Granda Luna. |
Se han dado cuenta de que ustedes
prácticamente son los pioneros en esa fusión de metal y poesía, y a partir de
lo que han logrado con su obra han salido otras bandas. He realizado un
levantamiento de bandas que están conectados con autores que escriben sus
letras, con músicos que son escritores…
Te
voy a hablar de una experiencia personal: he leído una serie de revistas de
amigos, y Decapitados nunca le han
nombrado como una banda que sea iniciadora de algo. Lo acepto con mucha
tranquilidad, aunque no es mi objetivo influenciar a nadie, pero me sorprende
lo que me dices...
¿Y que traen ahora con Sin Altar, cuál es la propuesta de este álbum?
Sin altar es una declaración firme y consciente del
rechazo a todo lo que nos impone la sociedad y la iglesia católica desde niños.
Hay un enunciado en el álbum que dice: “Sin dios ni paraíso rechazo mi alma en
cristo”, es una afirmación fuerte porque a nosotros nos bautizan y nos
confirman y nos quieren comer al cuento de una serie de cosas, y una afirmación
ya madura, después de haber recorrido tanto tiempo en el metal nos parece que
es eso: una afirmación de lo que somos y pensamos, sin tapujos, sin maquillar
lo que queremos decir. La poesía no está maquillando nada, conmueve, sino no es
poesía; el metal también es directo, gusta o no gusta. Entonces Sin altar es eso: una declaración formal
de quiénes somos, qué estamos haciendo y con lo que mucha gente se identifica.
(La
entrevista completa se publicará en Marfuz # 26, que circulará en el mes de febrero)