miércoles, 6 de enero de 2016

Decapitados: sin pose, ni falsedad

Portada de su reciente álbum: Sin Altar (2015) 

El metal y la poesía han sido dos géneros, el primero musical y el segundo lírico, que en apariencia han estado desconectados, sin embargo la poesía dentro del metal y viceversa han estado conectados más de lo que el oyente creería.
Bandas con integrantes poetas, o poetas pertenecientes a la cultura metalera, lograron fusionar y propiciar el aparecimiento de bandas cuyo objetivo ha sido el fomentar la literatura, en específico la poesía, a través de sus canciones.
Pero todas estas bandas, que no son muchas dentro del panorama ecuatoriano, no se han abanderado de esta fusión. Ninguna otra tomó como emblema la mezcla entre metal y poesía, salvo los quiteños Decapitados.
Una banda que a través de sus fundadores: Juan Carlos Hurtado y Mayarí Granda, han llevado su propuesta a terrenos extra metaleros: ahondando en el imaginario metalero con temas adaptados de poemas de autores nacionales, siendo referente (con su nombre) de una generación marcada por la muerte.
Una banda que ha conseguido mantener una estética, que además de publicar discos –sus álbumes- decidió fundar un sello editorial homónimo y publicar y difundir los trabajos de uno de sus integrantes.      
Por su paso en Portoviejo, a propósito del concierto Manabí Undreground en el mes de octubre de 2015, logramos dialogar extendidamente con Juan Carlos Hurtado, voz gutural y guitarrista de la banda.

El metal y la poesía tienen a Decapitados como representante en Ecuador, este diálogo (que es la versión corta un texto extenso) da certeza de ello.


Afiche promocional de su reciente álbum.

Juan Carlos ¿Cómo ve el mundo metalero local Decapitados?
Estamos celebrando veintidós años de trayectoria, de metal y poesía con Decapitados. Iniciamos en 1933, ha sido una carrera dura, pero llena también de alegrías, llena de fuerzas. Ha sido nuestro pilar en nuestras vidas, sentimos el metal y lo llevamos dentro y fuera cada minuto. Eso, creo yo, que se ha logrado reflejar y la gente lo ha sabido acoger de manera muy transparente y amiga.
Iniciamos la gira Sin Altar y hemos podido evidenciar todo el cariño y la admiración de la gente, y obviamente el respeto. Nosotros devolvemos lo mismo, estamos conscientes y seguros de que aquí no hay estrellas de rock simplemente difusores, seres que estamos trasmitiendo nuestras sensaciones, experiencias, objetivos, y la gente los sabe acoger y se identifica con ello. Entonces creo que la relación Decapitados – público cada vez se estrecha más.

¿Y en qué momento se plantearon lograr ese nexo entre metal y poesía?
Creo que fue en el momento en que se unieron las vidas de Juan Carlos Hurtado y Mayarí Granda. Formé parte de Procesión, luego Mayarí Granda también, pero ella tiene el antecedente de haber editado su obra, Palabras con el eje roto, antes de ingresar a la banda, y también viene de una familia de dos grandes escritores ecuatorianos, y diría latinoamericanos, como son Euler Granda y Violeta Luna, entonces ese peso, en cuanto a la poesía, influenció mucho a la lírica de la banda.

Nosotros desde un inicio, en Procesión, hacíamos ya recitales de metal extremo y hacíamos intermedios poéticos, que era visto de forma muy rara, de hecho no solo los intermedios poéticos, sino que una mujer forme parte de una agrupación de metal, que pues estaba representada nada más que por hombres. Entonces yo creo que en ese momento se dio esa fusión del metal y la poesía, y la gente también se siente identificada porque no solo ve el equilibrio entre música y lírica, sino que ve un equilibrio entre hombre y mujer.

¿Si pesa el tema de la poesía en su obra?
Es definitivo, en varias entrevistas hemos expresado el hecho de que en el proceso compositivo de la banda se experimenta un proceso inverso, en muchas agrupaciones y amigos músicos hemos comentado que primero se hace la música y luego se va escribiendo la letra, muy por el contrario en Decapitados: nosotros siempre hemos partido de la musicalidad que tiene cada texto, cada poema, entonces eso nos ha brindado una posibilidad diferente de expresión dentro del metal y además ha sido una decisión muy fuerte, pues al ser una banda de los años 90, cuando todos pensaban y creían que había que escribir y cantar en inglés para poder internacionalizarse, el hecho de mantenernos en el idioma castellano y obviamente intentar elevar la lírica a un nivel poético, nos trajo en un principio una serie de reproches, pero el tiempo nos ha mostrado lo contrario.

Juan Carlos Hurtado.

Y en esa adaptación de escribir o tener una letra y agregarle la música, ¿qué tan complejo se les hizo adaptar el poema Alegría de Violeta Luna?
Una maravilla de poema déjame decirte. Yo estaba leyendo uno de los poemarios de Violeta Luna y me encuentro con el poema Alegría, y para mí fue una iluminación. Cómo se podía expresar un sentimiento tan profundo con imágenes tan volátiles, tan vaporosas. Escogimos ese poema, y fue muy duro, porque el intentar ponerle música fue un atrevimiento en realidad.

Simbólicamente demuestran que son anticlerical, las portadas de los álbumes son directas y demarcan la ideología de la banda, pero ¿cómo logran incorporar letras que no son muy directas en este campo y que tienen más bien un nexo poético? ¿cómo se relacionan en cada nuevo trabajo?
En ese sentido Decapitados muestra una dualidad. Había leído en alguna expresión, creo que tuya, que la lírica de Decapitados se basa en el odio. Sin embargo Decapitados tiene una serie de sentimientos, y el odio es uno de ellos. Pero hay mucho amor en lo que hacemos, mucha pasión, bronca también. Estamos siendo humanos y transparentes, y la gente puede ver eso, no hay pose ni falsedad.

¿Y cómo se definen del todo musicalmente?

Una banda de metal y poesía, pero en el estricto censo somos una banda de death doom metal. Creo que hay que romper esas barreras que nos pone el mercantilismo, porque en el metal hay mercantilismo, hay grandes editoriales y disqueras, hay grandes bandas que representan un imperio económico. Entonces bandas underground nosotros.

Mayarí Granda Luna.

Se han dado cuenta de que ustedes prácticamente son los pioneros en esa fusión de metal y poesía, y a partir de lo que han logrado con su obra han salido otras bandas. He realizado un levantamiento de bandas que están conectados con autores que escriben sus letras, con músicos que son escritores…
Te voy a hablar de una experiencia personal: he leído una serie de revistas de amigos, y  Decapitados nunca le han nombrado como una banda que sea iniciadora de algo. Lo acepto con mucha tranquilidad, aunque no es mi objetivo influenciar a nadie, pero me sorprende lo que me dices...

¿Y que traen ahora con Sin Altar, cuál es la propuesta de este álbum?
Sin altar es una declaración firme y consciente del rechazo a todo lo que nos impone la sociedad y la iglesia católica desde niños. Hay un enunciado en el álbum que dice: “Sin dios ni paraíso rechazo mi alma en cristo”, es una afirmación fuerte porque a nosotros nos bautizan y nos confirman y nos quieren comer al cuento de una serie de cosas, y una afirmación ya madura, después de haber recorrido tanto tiempo en el metal nos parece que es eso: una afirmación de lo que somos y pensamos, sin tapujos, sin maquillar lo que queremos decir. La poesía no está maquillando nada, conmueve, sino no es poesía; el metal también es directo, gusta o no gusta. Entonces Sin altar es eso: una declaración formal de quiénes somos, qué estamos haciendo y con lo que mucha gente se identifica.
(La entrevista completa se publicará en Marfuz # 26, que circulará en el mes de febrero)