Resistencia, de
eso se trata el estar al frente (y sobre todo detrás) de un medio de
comunicación. Eso ha pasado con varias revistas que siguen dando lucha para no
desaparecer en Ecuador, continuando en su propósito de sostener un discurso
donde el apoyo incondicional a las bandas y al metal sea inclaudicable.
Eso encuentro en
Hell Injection y su reciente número 5 (abril 2014), un fanzine que cada vez me
gusta más, un fanzine que ha sido heredero de una escuela donde es un
privilegio poseer uno de sus ejemplares (por el tiraje limitado). Y sobre todo
por no caer en la ridiculez de catalogarse a sí mismo como un medio de comunicación de “culto”
(encasillamiento tan venido a menos y desprestigiado en la actualidad).
Entre las treinta
y ocho páginas con la que cuenta esta edición me quedo solo con las que, desde
mi apreciación, logran sostener y justificar este número: las entrevistas a Nebiros
(algunas ideas y no tanto sus prejuicios), Infernal, Agonía y Lujuria. ¿Por qué?
Por estas perlas:
“(…) tocar mal
no es underground” Nebiros (Dominus).
“(…) muchos nos
preocupamos en imitar, en copiar y cabe la pregunta, cuándo estos tipos van a
ser lo que son y no la imagen de otros” Infernal (Rubén Restrepo).
“Cuando una
banda es mala musicalmente, tapa su mediocridad diciendo que son de culto por
su gran ideología, cuando ambas cosas van de la mano, y los metaleros que saben
apreciar el verdadero metal de calidad jamás van a tomarlos en serio” Agonía
(Baldemar Álava).
“Nunca quisimos
vivir de la música por una razón, si vives de la música tendrás que hacer lo
que sea necesario para seguir viviendo cada día (…)” Oscar Sancho (Lujuria).
Esta edición se
complemente con algunas notas informativas, biografías y el anexo de un afiche.
Además con la incorporación del segmento de literatura, donde constan poemas y
relatos.